De la ruptura y de la subordinación del poder eclesial a la autoridad civil.
Omar Noria


RESUMEN:

El proceso de la secularización religiosa en el marco de la Revolución francesa movió el eje de detentación del poder de las manos del principe representante de Dios a las manos del pueblo. En este desplazamiento tiene lugar una clara y taxativa separación de la esfera religiosa y la esfera civil. Con este traslado, el poder eclesial se ve subordinado a la autoridad civil, y, con ello, la propia Iglesia debió acorger una nueva ritualidad inaugurada por las exigencias republicanas de la Revolución francesa. De manera que, una vez, sometida la institucionalidad eclesial, los hombres religiosos hubieron de someterse a una transmutación: la nueva condición de ciudadanía y el ejercicio normativo de la misma requerida por la autoridad civil para todos, laicos y clero incluído. Estas notas es el producto de la reflexión sobre estos hechos a los fines de ubicar, si me fuere posible, la atmósfera doctrinal que dió lugar a la antítesis entre religión civil y religión.